La ciencia es androcéntrica y ha invisibilizado tradicionalmente a las mujeres, ignorándolas en la investigación, infradiagnosticando las enfermedades que más nos afectan, menospreciando los síntomas y no diferenciando suficientemente sus cuerpos de los masculinos normativos. Esto se traduce en falta de formación e información con perspectiva de sexo y género de pacientes y profesionales, dos caras de esa desigualdad de género.
igualitario es una entidad de nueva creación que se dedica a realizar acciones para una salud con perspectiva de sexo y género y ha puesto en marcha una campaña de cofinanciación con la Fundación Goteo junto con la iniciativa Matchimpulsa para crear una plataforma digital formativa en la salud de las mujeres.
La herramienta tendrá una línea de formación para la ciudadanía y otra para profesionales para un mejor ataque clínico, además de un espacio deinvestigación para reunir a profesionales tanto de ámbito local como internacional, y un apartado de divulgación con contenidos abiertos para que puedan llegar a toda la población. «La idea es que el derecho a la salud y el derecho a la información pueda llegar al máximo de gente», apunta Helena Casadevall, presidenta de la entidad.
Tomando como referente la endocrinóloga pionera Carme Valls-Llobet, desde Igualitarium creen que falta promoción de la salud pero también alfabetización, y la vía es la acción comunitaria para realizar un trabajo conjunto. «La propia persona debe ser protagonista y parte activa de su salud», recuperar el conocimiento que tenían nuestras antepasadas a través de la experiencia, pero «sumando ahora la ciencia».
El formato en línea permite llegar a más personas usuarias. «Pensamos que es un empuje para recuperar todos estos años de retraso que llevamos del cuerpo de la mujer respecto al cuerpo del hombre», añade.
«Aunque está empezando a cambiar, todavía se estudia el cuerpo del hombre como universal sin ver a la mujer como un cuerpo integral y el resultado de los estudios y tratamientos se aplican a los dos», afirma Casadevall.
Todo el mundo sabe que el síntoma de un ataque al corazón es que te duela el brazo izquierdo, pero resulta que esto es el síntoma en los hombres. Los de las mujeres son más extendidos: dolores abdominales y en la espalda. Esto hace que se retrase el diagnóstico y perjudica la esperanza de vida, explica.
Éste es sólo uno de los ejemplos que se suman a enfermedades poco investigadas que afectan especialmente a las mujeres como la fibromialgia o la depresión, o el desconocimiento sobre la sexualidad femenina. Una desatención que es necesario revertir porque «mejorar la salud de las mujeres es mejorar la salud de la sociedad, que en extensión es toda la humanidad».
