Tras cuatro años de carrera intentando posponer el día lo máximo posible, esta semana un profesor de Paleontología se ha mostrado muy preocupado porque ha llegado el momento del curso en el que tiene que explicar a sus alumnos que los dinosaurios se extinguieron. El profesor Martin Maceira mira las caras de ilusión de los estudiantes y se le encoge el alma al pensar en lo que les va a tener que contar.
“Todos los estudiantes de Paleontología aman a los dinosaurios, llevan años en la universidad aprendiendo todo sobre ellos. En cuanto les diga lo que les pasó sé que les romperé el corazón”, se sincera. “Fue un final tan brusco e inesperado que les pillará por sorpresa”, lamenta. “A estas alturas del curso, la facultad de Paleontología siempre se llena de lágrimas”, añade Maceira.
El profesor ha intentando por todos los medios enseñar a sus alumnos que un meteorito acabó con todos los dinosaurios del planeta, pero a mitad de camino se ha ablandado y no ha podido seguir. “Y ahora los dinosaurios están en una granja en el cielo y son felices, pero eso ya lo estudiaremos el año que viene”, les ha explicado finalmente. “La vida actual que tienen en la granja no entrará en el examen”, les ha dicho.
No es la primera vez que este profesor se enfrenta a conflictos éticos de este tipo. Cuando era profesor de Historia en Israel, sus alumnos se incorporaban al mercado laboral sin tener ni idea de que se había producido una Segunda Guerra Mundial.
