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Título: Un mundo feliz. Aldous Huxley
Editorial: El Bolsillo (epub) 2019
Año de publicación título original: 1932
Género: Ciencia ficción
Páginas: 256
Sobre el autor: Aldous Huxley
Análisis:
De esta forma se acaba con la diversidad, los seres son idénticos, se mantienen jóvenes y atractivos hasta que mueren a una edad media de 60 años, gracias a la ciencia y la tecnología.
El SOMA es la droga legal, reconocida y básica, prescrita a esta sociedad, les ayuda a ser felices, a curar pensamientos, a largarse de vacaciones, suprime la ansiedad. Gracias a ello ya inculcarles mensajes concretos a base de repetición y sueños, todo el mundo ama lo que debe hacer y no se plantean que pueda ser de otra manera. Así se logra el control social.
Todo esto se crea en un laboratorio de 18 plantas en un Londres donde todavía no había grandes rascacielos y recientemente se había empezado a implantar el ascensor en el mundo. De hecho llama la atención que el ascensor sea un recurso recurrente a lo largo de la novela, al igual que el helicóptero, que es el medio de transporte habitual y masificado utilizado en este mundo futurista descrito a principios del siglo XX, cuando fue precisamente a esa década en la que hubo el primer helicóptero operativo. Los coches funerarios despegaban desde un edificio de 60 plantas.
Los seres creados pasan en la Sala de Predestinación Social o en la Sala de Decantación llamada de existencia independiente. Existe una Escuela de Ingeniería Emocional para implantar los pensamientos pertinentes en los seres creados. Basta con enseñar lo que cada uno necesita para trabajar donde le han asignado para no distraerse de sus tareas.
Además preparan a las masas para la industria y dictan una orden de consumo obligatorio, por ejemplo, acostumbran a las masas a las que consumen transporte, haciéndoles adorar a los deportes rurales.
Existe una reserva de humanos que no consumen Soma. Es totalmente diferente a la civilización. Es como si vivieran en siglos diferentes, en planetas distintos. La civilización es esterilización, la reserva es suciedad. En la reserva vive Linda, que enseñó a leer a su hijo, John. Éste será el desencadenante del final inquietante de la novela.
Otra tecnología que aparece en la novela es la televisión. A principios de la década de los años 30 se empieza a experimentar con la televisión ya finales de década se implanta. Llama la atención que a las personas moribundas o en los momentos del descanso ponen en marcha al mismo tiempo la televisión y la radio. Esto puede deberse a que en la época en que se escribió la novela el sonido de la televisión no tenía suficiente calidad porque la investigación se centraba en mejorar la imagen.
En el libro también se plantea que si quisieran podrían reducir la jornada laboral y que con la agricultura podrían producir sintéticamente todo tipo de comidas. Pero no lo aplican, porque deberían crear más opciones de ocio para mantener el orden social. Plantean que cada cambio es una amenaza contra la estabilidad, he aquí que no poner en marcha los nuevos inventos.
Incluso sale el tema de que la ciencia debe ser tratada como un posible enemigo, porque los avances pueden hacer desestabilizar el sistema y el orden social de una sociedad estandarizada y anestesiada.
Esta sentencia, que aparece en la novela, llama la atención por la actualidad vigente: «la verdad es una amenaza y la ciencia es un peligro público».
Perspectiva de género:
Pese a ser una novela avanzada a su tiempo, los estereotipos se han quedado anclados en el pasado. Hay una madre, cuyo buen papel de madre enseña a un hijo que se convertirá en el protagonista de la historia. Los hombres son valientes y las mujeres obedientes y atractivas. Los médicos e investigadores principales son varones. El dueño del laboratorio es también un hombre.
Conclusiones:
Si se leyera la novela sin saber el año de publicación podría parecer totalmente verosímil y actual, sin ficción, con temas como los de la fertilización, donde la ciencia ha avanzado tanto que se puede plantear decantar a los embriones que no son sanos, y aunque no sea ético, elegir características concretas por los nuevos seres.
Con la sentencia «la verdad es una amenaza y la ciencia un peligro público» recuerda el papel de las «fake news» y la posverdad para construir creencias para manipular a la opinión pública y el reciente debate de detener la investigación en inteligencia artificial.
Los gobiernos totalitarios y la cultura de masas asociada a la revolución industrial están muy presentes en la sociedad del autor y puede ser una explicación de estas primeras visiones distópicas de la evolución de la sociedad con el único fin de servir como sistema de producción industrial.
Preguntas sobre el debate:
- ¿Por qué 90 años después la ciencia ficción nos muestra todavía sociedades distópicas debido al avance de la ciencia ya la implantación de las tecnologías?
- ¿Qué se encuentra más inquietante para controlar la sociedad: las drogas, la ingeniería emocional, la fertilización estándar, el control algorítmico, las fake news, u otras?
- ¿La sociedad de consumo, para mantener la industria, priva de libertades individuales sin que nos demos cuenta?
- ¿Cómo debe establecerse el uso ético de los avances científicos?
- ¿La ingeniería emocional os recuerda la inteligencia emocional de la que ahora se está hablando tanto en las escuelas?
- ¿Por qué las sociedades tienden a promover la igualdad en lugar de mostrar la diversidad?
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Publicación original