Un 96% de las entidades sociales son conscientes de la importancia de la digitalización pero sólo una de cada cinco (el 21%) lo ha integrado en todos sus procesos. Los datos son delestudio sobre el estado de la digitalización en el Tercer Sector elaborado por m4Social, el proyecto de innovación digital de la mesa del Tercer Sector, que ha querido identificar la madurez digital de las entidades.
La principal causa de estas carencias en la digitalización señalada por las entidades consultadas es la falta de presupuesto, pero otro de los motivos es la divisoria digital que afecta tanto a las personas atendidas como a las propias profesionales del sector (el 39% afirman que los equipos no tienen suficientes competencias).
Sin embargo, el estudio determina que el 62% de las entidades tienen un grado de madurez intermedio y confirma que el 76% ha sufrido una aceleración en este ámbito a raíz de la pandemia. Tal y como ha concretado la gerente de la Mesa, Anna Albareda, durante la presentación de este miércoles, esto indica que comienzan a modernizar el modelo de trabajo, pero de forma reactiva, aisladamente y con falta de liderazgo y profesionalización.
Su grado de madurez es superior en las entidades con mayor número de personas trabajadoras y con un presupuesto más alto. También en el caso de las que tienen un programa de evaluación y desarrollo, las que utilizan herramientas colaborativas o las que tienen sistemas de recogida de datos. Por colectivos, las entidades que trabajan con personas mayores son las menos digitalizadas, mientras que las que trabajan con mujeres y personas LGTBI son las que más lo son.
El estudio señala un aumento del compromiso ético en relación con las nuevas tecnologías. El 65% utilizan algunas herramientas de software libre y el 8% no utiliza ninguna herramienta de software privativo. Sin embargo, la mayoría lo hace por razones económicas y no por valores sociales.
El análisis de datos, entre los deberes pendientes
Los principales retos de la digitalización son la ciberseguretat ya que sólo el 22% de las entidades destinan un presupuesto, datos porque el 51% de las entidades sólo recoge información básica de las personas participantes y sólo el 10% utilizan herramientas de análisis avanzadas, y la comunicación: sólo el 20% utiliza herramientas de monitorización y en más de la mitad de los casos las redes sociales las llevan personas no profesionalizadas en este ámbito.
Por eso, la conclusión del estudio es que las entidades tienen un largo camino por recorrer para mejorar las competencias digitales de profesionales y colectivos, y la gestión de los datos, tocar las TIC desde una perspectiva estratégica y crear una cultura organizativa más innovadora que ponga a las personas en el centro.
De esta forma, la tecnología debe ser «una oportunidad para acelerar soluciones» y «se debe constituir como garante de derechos», como ha dicho Enric Vinaixa, secretario del departamento de Empresa y trabajo de la Generalitat.
Y tocar la transformación digital es «inaplazable y urgente», ha añadido la presidenta de la Mesa, Francina Alsina, «si queremos que las entidades sean líderes en acción social».