Rumbo a Roma |  Grameimpuls


Aprender es la palabra que más repite Emma Adam, una joven de 19 años que dedicará las próximas semanas a conocer los secretos de la gastronomía italiana. Marcha en Roma. «Voy con la idea de aprender a hacer la mejor pizza y la mejor pasta del mundo», explica al otro lado de la línea telefónica. Como ella, en Francisco García (40) y Enrique Reyes (20) también vivirán la experiencia italiana. Los tres son alumnos de cursos de formación ocupacional a Grameimpuls y han sido seleccionados para hacer prácticas del 21 de junio al 20 de julio en la capital de Italia en el marco de la Erasmus +.

Este programa de movilidad europea se reanuda después de meses paralizado a causa de la pandemia de la Covidien-19. Ahora, la situación ha mejorado y, aunque se deberán seguir estrictamente las medidas sanitarias – manos, mascarilla y distancia – es posible reactivar la estancia de prácticas a alumnos que han realizado cursos de formación. Emma y Francisco hicieron el de operaciones básicas de cocina en la Escuela de Restauración (ERESC) y Enrique, uno de gestión y organización de almacenes, en la Ginesta.

iniciativa enriquecedora

«Al final, se trata de poner en práctica lo que hemos aprendido en el aula», coinciden en asegurar los participantes. Y es que, el Erasmus + es iniciativa muy enriquecedora que les permite, no sólo crecer profesionalmente, sino conocer la realidad de otro país. «Es una oportunidad laboral increíble», asegura Enrique. Por primera vez, un alumno formado en el ámbito de la logística como él hará prácticas en una empresa del sector en Roma. «Es un campo que me gusta mucho y al que me quiero dedicar», añade.

Emma, ​​la más joven de los tres, está estudiando el grado de Ingeniería agrícola en la universidad, que los últimos meses ha compaginado con el curso del ERESC. Le encanta la cocina, pasión que le viene de tradición familiar. «Mi padre es cocinero ya mí es un oficio que me ha atraído siempre», explica. En Roma hará prácticas en un restaurante vegetariano. «Estoy muy ilusionada con la idea de hacer la movilidad en Italia: quiero exprimir el país al 100%», comenta. La aventura arrancará el 21 de junio.

Aprovechar la parada para formarse

La historia del Francisco es un poco diferente a la de sus compañeros de viaje, ya que es una de las miles de personas afectadas por un ERTE. Antes de la pandemia, trabajaba en un hotel en Barcelona. Al quedarse sin trabajo, buscó un curso de formación. «Quería aprovechar el tiempo», dice. Y continúa: «Me gusta mucho el mundo de la hostelería y creo que el hecho de haberme formado en cocina me puede abrir otras puertas». En Francisco hará las prácticas en un restaurante típico italiano, ubicado en el barrio judío.

El programa, subvencionado por la Comisión Europea, tiene la vocación de fomentar proyectos de movilidad con fines educativos para diferentes tipologías de estudiantes. Desde este año, el Erasmus + ha iniciado una nueva etapa en la que se prioriza la transformación digital, la inclusión y la diversidad y el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático.



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