La ministra de Educación, Ester Vilarrubla, y el director del Departamento de Formación Profesional, Xavier Campuzano, presentaron ayer la creación de los estudios de Formación Profesional Inicial, un ciclo de dos años al que se podrá consentir tras haber cursado segunda enseñanza y sin necesidad de tener el graduado. La reestructuración supone también que a partir de ahora el Bachillerato, que actualmente dura tres años, pasará a durar sólo dos, eliminándose el título intermedio de diploma de enseñanza profesional. La nueva formación profesional comenzará este mismo año con tres ramas, de dos años de duración y 1.800 horas de formación, con las que se quiere dar respuesta a las demandas del sector privado: estética y peluquería, mantenimiento de viviendas e instalaciones y servicios comerciales. Por su parte, el bachillerato profesional tendrá como ramas nuevas la de técnico en cuidados auxiliares y enfermería y la de técnico sociocomunitario, que se añadirán a las que había FNS ahora como son la de sistemas informáticos y de redes: secretaría multilingüe ; actividades físicas, deportivas y de ocio, además de de animación socioeducativa y estética, cosmética y perfumería, que continuarán para aquellos alumnos que las hayan comenzado.
Hace tiempo que la formación profesional dejó de ser la hermana pobre de la educación, no sólo aquí, sino en todos los países del entorno europeo. Así, contrariamente a lo que ocurría hace tan sólo unos años, cuando se consideraba que sólo los estudios universitarios garantizaban un buen futuro la formación profesional, se ha ido prestigiando cada vez más. Además, permite continuar los estudios a aquellos jóvenes que tienen dificultad para seguir otras formaciones más regladas. Por esta razón es positivo que cada vez haya una mayor oferta para los jóvenes que quieran optar por esta vía para preparar su entrada al mercado laboral.
