Los beneficios de que los niños y niñas puedan utilizar cámaras fotográficas en el aula son infinitos, pero partiendo de la base imprescindible, darles un buen uso.
Tomar fotografías es un mundo maravilloso, que permitirá a los niños fijarse en el entorno más cercano en el que viven de forma activa. Pueden observar los árboles, los vehículos, las personas y sus detalles, los colores de las ropas, los objetos que ven día a día… un infinito de elementos que podrán hacer que perduren en el tiempo.
Esto hará que centren la atención en lo que quieren fotografiar, podrán encontrar cosas que antes no se habían fijado. Podrán sentir amor por la naturaleza, por las personas con las que conviven.
Podremos hacer infinidad de propuestas en el aula, compartiremos los resultados que hayamos creado, haremos exposiciones en las que compartirán los intereses y los resultados de las fotografías. Trabajaremos la expresión oral en grupo, el compartir nuestras creaciones, motivar a los niños a tener respeto y curiosidad por todo lo que les rodea.
Por otra parte, hay que controlar los tiempos, momentos y espacios en los que hacemos uso de las cámaras, evitando que los niños creen dependencia y se puedas abstraer del mundo real.
Esto habrá que tenerlo pautado y respetarlo, entendiendo a los más pequeños que será parte de las propuestas semanales.
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(*2*)Publicación original
