
Hay presión para reducir la cantidad de gases de efecto invernadero que emitimos a la atmósfera, pero también ha comenzado la carrera para respaldar el monitoreo que muestra si se están cumpliendo los objetivos. Desarrollada por la ESA en nombre de la UE, la nueva misión de Monitoreo Antropogénico de Dióxido de Carbono de Copernicus, o CO2M para abreviar, está destinada a ser la principal misión de Europa para monitorear y rastrear las emisiones de dióxido de carbono de la actividad humana. CO2M está planificada actualmente como una misión de dos satélites, cada uno de los cuales llevará un espectrómetro de infrarrojo cercano e infrarrojo de onda corta para medir el dióxido de carbono atmosférico a alta resolución espacial. Los ingenieros de Thales SESO en Francia explican cómo va el desarrollo de algunos de los componentes ópticos y de medición de precisión de la misión.