Las oportunidades de la FP no presencial



La teleformación desarrolla también una serie de competencias transversales digitales que se adecuen a los nuevos modelos de trabajo.  |  Foto: Generalitat de Cataluña

La teleformación desarrolla también una serie de competencias transversales digitales que se adecuen a los nuevos modelos de trabajo. | Foto: Generalitat de Cataluña

El actual contexto social y económico, caracterizado por cambios de gran velocidad e impacto en el mercado de trabajo y, consecuentemente, en las competencias profesionales que conforman los puestos de trabajo del tejido productivo, nos conduce a una necesidad imperiosa de hacer frente algunos de los retos que han ido caracterizando los últimos años, y que se han acelerado claramente a raíz de la pandemia. En este sentido, estamos viendo como están cambiando las formas de trabajar y relacionarnos, Y el impacto que la digitalización está teniendo sobre éstas.

Uno de estos retos es la paradójica situación en la que conviven elevados índices de paro con puestos de trabajo vacantes en nuestras empresas, Como consecuencia de una estructura de calificación de nuestra población excesivamente polarizada. Esto conlleva que muchas personas tengan la necesidad de consolidar o reorientar su actividad laboral. La mejor política para hallar estos desajustes es una política de formación profesional integrada y orientada a las necesidades del tejido productivo, con una oferta amplia, flexible y de calidad, que permita que los procesos de aprendizaje se extiendan a lo largo de la vida de las personas.

Ante esto, la formación profesional en modalidad no presencial, también conocida como formación en línea o teleformación, junto con la transformación digital de la formación, se convierte en una excelente oportunidad para el desarrollo de las personas a lo largo de la vida así como por el desarrollo social y económico del país.

La posibilidad de poder cursar la formación profesional en línea facilita a las personas el entrada a una calificación y la mejora de su empleabilidad de manera adaptada a sus necesidades y circunstancias personales, eliminando barreras territoriales y temporales. Más allá de los lógicos ventajas del modelo en términos de accesibilidad, flexibilidad, conciliación o sostenibilidad, La teleformación impulsa también el desarrollo de una serie de competencias transversales vinculadas al mismo proceso de aprendizaje con recursos digitales, activando capacidades que se adecuan también a los nuevos modelos de trabajo.

Esta práctica de formación se complementa con los expertos profesionales que acompañan a la persona durante todo el proceso, aportando la solución sobre diferentes dudas, realizando un seguimiento del nivel durante la evolución del curso. Implantando herramientas de trabajo cada vez más utilizadas como son los chatos, las videoconferencias, entre otros, permitiendo así, un contacto permanente e instantáneo con el tutor.

La FP en línea elimina barreras territoriales y temporales, se adapta a las necesidades de los alumnos, e impulsa también el desarrollo de competencias vinculadas al mismo proceso de aprendizaje con recursos digitales

Ante esto, en Cataluña conviven actualmente dos modelos de teleformación o formación no presencial en la formación profesional. Por un lado, la teleformación de la formación profesional para el ocupación, regulada a nivel estatal; y por otro, la formación inicial no presencial, que regula la impartición de los ciclos formativos en esta modalidad. El desarrollo de esta segunda es competencia autonómica, y, por tanto, se desarrolla a partir del documento de bases para el modelo catalán de formación profesional no presencial, aprobado en fecha 17 de julio de 2020 por la Comisión Rectora del Sistema de Formación y calificación Profesionales de Cataluña. En estos momentos se encuentra en curso una nueva regulación, Que debe responder al necesario impulso de esta modalidad formativa, para dar respuesta a las necesidades de accesibilidad, así como a la nueva realidad cambiante que se nos impone, sin limitaciones que vayan más allá de lo necesario mantenimiento de las garantías de calidad necesarias, como en el resto de modalidades formativas.

Asimismo, teniendo en cuenta que el Ministerio de Educación y FP, en el marco del Plan para la formación profesional, el crecimiento económico y social y la empleabilidad (PDF), ha destinado a Cataluña para el periodo 2021-2024 unos fondos de una magnitud muy superior al que disponíamos hasta ahora para la acreditación de competencias, se hace imprescindible también que paralelamente se desarrolle al máximo el potencial que tiene la formación no presencial, permitiendo que las personas que se acrediten de unas unidades de competencia vía experiencia laboral puedan complementar estas mediante formación para la cualificación profesional completa. Aquí la formación no presencial juega un papel fundamental.

La formación profesional a distancia se convierte pues una oportunidad estratégica para las personas, Pero también para Cataluña, que cuenta con un buen número de centros de formación acreditados para hacerlo, y, independientemente de su titularidad, nos permiten abrir la formación a las personas de todos los lugares, sin limitaciones territoriales.



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