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Impulsado por la Secretaría de Políticas Digitales del Departamento de Empresa y Trabajo de la Generalitat de Cataluña, el estudio sobre la brecha digital en Cataluña ofrece una radiografía que debe permitir orientar más y mejor las políticas públicas actuales y futuras. En el marco del Social Internet Revitalization Day 2023, que se celebró el pasado jueves 29 de junio, fue presentado por la directora general de Societat Digital, Liliana Arroyo Moliner, y la alta directora de KPMG, Marta Bricall.
Entre las reflexiones compartidas, se destaca que parte de la población permanece excluida del entrada, uso y conocimiento de las nuevas tecnologías. Las brechas digitales afectan especialmente a los colectivos más vulnerables y son motivo de pérdida de ocupación, formación y oportunidades económicas. En consecuencia, este hecho acentúa la brecha socioeconómica y el riesgo de exclusión social de estas personas. El estudio también constata que la mitad de los hogares catalanes en situación de vulnerabilidad no pueden dar apoyo educativo a los niños, hecho que se puede traducir en un agravamiento de las desigualdades digitales para la próxima generación.
Como rasgos centrales, la investigación identifica tres factores de discriminación: brecha de entrada digital (dificultades para ceder a la tecnología o a los medios que hacen posible ser digital), brecha de uso digital (falta de uso de la tecnología, de la red y de herramientas digitales para llevar ciertas actividades) y la brecha de conocimiento digital (falta de capacidades y habilidades en tecnología, redes y herramientas digitales).
En cuanto al entrada, el estudio sitúa el factor territorial como uno de los principales generadores de la brecha, ya que aunque la cobertura móvil está por encima del 99%, las redes fijas de al menos 100Mbps presentan más de veinte puntos porcentuales de diferencia entre las comarcas de Barcelona (95,5 % de cobertura) y el resto del territorio, siendo las comarcas de Girona las más alejadas (71,8% de cobertura). En cuanto al uso, la edad y el nivel socioeconómico destacan como dos de las principales variables. Por un lado, el porcentaje de uso diario de la población de 16 a 54 años es del 95%, mientras que el de las personas mayores de 75 años es del 25%. Por otro lado, a mayores niveles de educación y mayores niveles de ingresos, la tendencia indica mayor uso de Internet y, por lo tanto, más apropiación y más uso. En cuanto al conocimiento, es la brecha donde más factores de discriminación se destacan como la formación y habilidades, el género, la edad, el nivel socioeconómico y la inclusión social y a la vez es la brecha que afecta a una mayor proporción de la población, involucrando la capacidad de apropiación y utilización y el espíritu crítico.
Asimismo, se debe tener en cuenta la brecha digital de género, que cruza las tres brechas digitales anteriores. En este sentido, las categorías de cualificación media y avanzada están lideradas por hombres, mientras que el porcentaje de mujeres con cualificación baja es superior al de hombres. Así, la brecha digital de género es ante todo una brecha de conocimientos y habilidades digitales, que se manifiesta, por ejemplo, en el uso de herramientas informáticas y de la red y en las tareas realizadas.
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