La excavación a los Planes de Santa Catalina hace aflorar el antiguo monasterio de San Cristóbal, del siglo XIII, reconvertido al XVI en la iglesia de Santa Catalina


La intervención arqueológica ha permitido localizar estructuras que explican la historia de este lugar entre el siglo XIII y el siglo XIX. Además, han aparecido fragmentos de cerámica de época romana (siglo II-III). Para este 2021 está prevista una segunda intervención para llegar a los estratos que faltan para excavar y para consolidar, restaurar y conservar las estructuras que han quedado al descubierto. Si la pandemia lo permite, esta primavera se realizarán visitas ciudadanas.

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La intervención arqueológica promovida por el Ayuntamiento de Manresa a los Planes de Santa Catalina, a unos 200 metros de la torre, ha hecho aflorar restos del antiguo monasterio de San Cristóbal, del siglo XIII, y de la iglesia de Santa Catalina, que se construyó encima a inicios del siglo XVI. Ha quedado a la vista la planta de la iglesia y otras construcciones adyacentes que muestran que, entre el mismo siglo XVI y el XIX, en aquel lugar había habido un pero con un uso de obrador vitivinícola. Así, también se ha identificado una bodega, una tina, dos cazuelas de prensa, un establo, varias estancias y, además, una sepultura excavada en la roca, muy probablemente de época alto-medieval (siglo X-XI). En uno de los ámbitos han aparecido fragmentos de cerámica de época romana (siglo II-III), aunque de momento no se han podido contextualizar ni asociarse a ninguna estructura (puede ver un plano del yacimiento en este enlace).

Este miércoles al mediodía, la concejala de Cultura y Fiestas, Ana Crespo Obiols, y el concejal de Urbanismo y Movilidad, David Aaron López Martín, han presentado el yacimiento a la prensa acompañados del arqueólogo responsable de la excavación, Eduard Sánchez Campoy, de la empresa Catarqueòlegs SL, y del historiador manresano Jordi Piñero. La concejala Crespo ha explicado que la investigación sobre este lugar aporta información de interés para la historia de Manresa y representa una oportunidad de dotar de valor histórico y cultural el plan de Santa Catalina, un punto importante del camino ignaciano que lleva a Manresa y que se convierte en un mirador inigualable sobre la ciudad, ahora muy frecuentado también por los manresanos y las manresanas. En la misma línea, David Aaron López Martí ha subrayado que el lugar explica parte de los orígenes de Manresa y de la identidad de la ciudad y que la voluntad del Ayuntamiento es continuar esta apuesta por el patrimonio arqueológico, con una segunda intervención. El concejal también ha querido agradecer públicamente la buena disposición y el interés que han mostrado los propietarios de los terrenos, que han puesto todas las facilidades para sacar adelante este proyecto.

La intervención arqueológica ha permitido delimitar con mucho detalle los ámbitos de la actuación, así como identificar los niveles que corresponden a diferentes siglos. La iglesia -primero conocida con el nombre de San Cristóbal y luego como Santa Catalina- es de planta rectangular y está orientada en sentido este-oeste, con el presbiterio situado al este, y diferenciado sólo de la nave por dos escalones interiores. En este ámbito, se observan las dos fases: el muro originario de piedra ligada con arcilla (siglo XIII) y la reforma hecha con la reutilización de los bloques originarios, unidos con mortero (siglo XVI).

La ubicación del monasterio de San Cristóbal en este lugar no sería casual, ya que seguramente se trataba de un cruce de caminos entre Montserrat, Manresa e Igualada de gran importancia desde el siglo X. Los edificios originales fueron derribados en el marco de la guerra Civil Catalana (1461-1472), y la capilla fue nuevamente reconstruida en 1502 por orden del Consejo Municipal de Manresa. Parece que en 1586 se inauguró un retablo dedicado a Santa Catalina de Alejandría, por lo que a partir de ese momento fue conocida con el nombre de capilla de Santa Catalina. Este edificio habría quedado definitivamente descuidado y derruido entre los siglos XVIII y XIX, cuando ya hacía años que funcionaba como Mas. Por los materiales encontrados y por las noticias históricas, los arqueólogos plantean que el renuncia se produjo con la Guerra del Francés, y concretamente con el saqueo de Manresa documentado en 1811. También plantean que al inicio de la primera Guerra Carlista (1833 ) el edificio ya debía estar en ruinas y su piedra se reutilizó para hacer la torre de Santa Catalina, de quien habría tomado el nombre. De hecho, la observación de la torre permite ver bloques de piedra reutilizados que son de tamaño similar a los encontrados en el yacimiento arqueológico.

Al lado de la nave de la iglesia, ha aflorado una sepultura excavada en la roca (sin restos humanos), orientada en sentido este-oeste. Los arqueólogos apuntan que podría formar parte de una necrópolis alto-medieval (siglo X-XI) que podría explicar la ubicación posterior de la iglesia. Al este de este ámbito, se encuentran dos estancias: una donde muy probablemente habría tenido un estable y otra donde se han localizado dos cazuelas de husillo: una empotrada en la piedra y otra que el su día fue arrancada y reutilizada como muro separador. Otra de las estancias que se ha identificado es una gran sala alargada (también junto a la iglesia) que tendría la función de bodega, donde se ha conservado una tina circular de unos 180 centímetros de diámetro, revestida con losas , que en su parte exterior es cuadrangular y que sería anterior al siglo XVIII.

En cuanto a las últimas estancias, habrían acogido un pequeño despensa de la sala de prensado, así como una doble piso de un uso que no se ha podido determinar. La característica diferencial de este ámbito es que todos los materiales cerámicos recuperados son más antiguos que el resto del conjunto, y que ha aparecido un estrato muy arcilloso rojo con materiales de época romana (siglo II-III). Se trata de pequeños fragmentos cerámicos mezclados con tierra que, de momento, no se han podido asociar a ninguna estructura de aquella época.

Siguiendo la pista de unos indicios

La posible existencia del yacimiento se detectó en 2013, cuando el historiador Jordi Piñero localizó material cerámico en superficie en esta zona de los Planes de Santa Catalina, en una colina cubierto de vegetación boscosa entre campos, y realizó un estudio histórico, publicado en 2016. a partir de los indicios y de la investigación, se consideró la potencialidad del yacimiento arqueológico y su eventual vínculo con un edificio de época medieval y / o moderna, con posibles estratos a más profundidad que podrían relacionarse con épocas anteriores y que podrían llegar hasta la época romana.

Desde entonces, el Ayuntamiento de Manresa ha llevado a cabo acciones para ir definiendo el alcance del yacimiento, que no se habían hecho públicas para evitar que visitas poco cuidadosas pudieran dañar su integridad y dificultar la investigación arqueológica . El mismo 2016, se llevaron a cabo sondeos con georadar y unas calas con método arqueológico para delimitar la extensión del yacimiento. Los sondeos permitieron documentar en varios lugares los muros perimetrales del recinto y, en el sector oeste, salieron los restos de lo que podría ser un horno de obra de época romana. Se trata de una construcción que habitualmente se encontraba en las afueras de los asentamientos. Así, su presencia insinuaba que el centro del asiento sería donde aparecían los muros, que es donde se ha excavado, siguiendo lo que los primeros estudios preliminares indicaban.

La intervención extensiva ha podido tocar finalmente el segundo semestre de este 2020, con la voluntad de estudiar el yacimiento y recuperarlo. El presupuesto de la actuación ha sido de 30.005 euros (IVA incluido). Aparte, se ha realizado un cerrado para preservarlo. La intervención arqueológica ha corrido a cargo de la empresa Catarqueòlegs SL y ha contado con la autorización de las propiedades de los terrenos y de los Servicios Territoriales del Departamento de Cultura de la Generalidad de Cataluña. El yacimiento se integrará al Plan Especial Urbanístico de Protección del Patrimonio de Manresa (PEUPM) como elemento patrimonial protegido por su correcta preservación y gestión.

Nueva intervención para este 2021 y visitas ciudadanas

La voluntad del Ayuntamiento es seguir estudiando el yacimiento para poder ampliar el conocimiento de la historia de la ciudad. Así, por este 2021 se ha previsto una partida de 40.000 euros (IVA incluido) para llegar a los estratos que faltan para excavar y para consolidar, restaurar y conservar las estructuras que han surgido. Aparte, si la pandemia lo permite, está previsto que esta primavera se puedan realizar visitas ciudadanas.

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