«La brecha de género en el sector tecnológico es real, sobre todo cuando tienes niños»

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La Mireia Colina Fatjó tiene una larga trayectoria profesional vinculada a las tecnologías digitales. Recientemente, la Secretaría de Políticas Digitales de la Generalidad de Cataluña le ha galardonado en la novena edición de los Premios DonaTICun distintivo referente en el reconocimiento del papel de las mujeres en los ámbitos tecnológicos, así como en la visibilización de referentes femeninos contemporáneos.

¿Cuál ha sido tu recorrido profesional?

Soy licenciada en Ingeniería de Telecomunicaciones a la Universidad Politécnica de Cataluña y hace más de veinte años que estoy trabajando dentro del sector espacial. En concreto, a lo largo de mi trayectoria profesional, he formado parte de centros de investigación,Agencia Espacial Europea, de empresas públicas y de empresas privadas. Actualmente, formo parte del sector del ‘Nuevo espacio(nueva economía del espacio) y trabajo como responsable comercial para una empresa emergente llamada Espacio de la hoja. También, soy fundadora del capítulo local de la entidad Mujeres en la Barcelona Aeroespacialuna asociación sin ánimo de lucro que busca fomentar y visibilizar a mujeres referentes dentro del sector espacial mundial.

El pasado mes de noviembre, recibiste el galardón DonaTIC Professional. ¿Cómo lo viviste?

Fue una mezcla deemoción identificación’incredulidad. La síndrome de la impostora existe y es real, incluido con personas que llevamos veinte años dentro del sector tecnológico. Pienso que es importante y necesario visibilizar que esta inseguridad es algo que tenemos intrínseca las mujeres, que nos han enseñado a tenerla y que, por tanto, está muy presente. Si una chica de veinte años, tiene miedo, quiero que sepa que desgraciadamente es algo compartido, también tenemos miedo y vértigo a las mujeres de cuarenta años.

¿Consideras el galardón DonaTIC Profesional un reconocimiento a tus veinte años de trabajo?

El Premio DonaTIC yo lo viví así, como uno reconocimiento a mí misma, como un galardón a mí misma ya todo lo que he conseguido gracias a luchar ya salir adelante. El hecho de que fuera el galardón de la categoría Profesional le hizo más especial, ya que designaba una persona referente dentro del mundo de las tecnologías digitales y no sólo dentro de un sector concreto, en mi caso, el sector espacial.

¿Qué dificultades has encontrado a lo largo de tu trayectoria profesional?

La brecha de género en el sector tecnológico es real, sobre todo cuando tienes criaturas. Tristemente, es muy real. Por desgracia, estas desigualdades se normalizan y por inercia no le das la importancia y la relevancia que tienen hasta que alguna persona no te hace abrir los ojos y darte cuenta de que esto no debería ser la situación habitual. De hecho, a mí, la entidad Women in Aerospace Barcelona me ha aportado mucho en este ámbito. A través de la entidad y de las compañeras, he aprendido a identificar que estas situaciones no son correctas y que es necesario cambiar las cosas. Women in Aerospace Barcelona ha sido un reencuentro conmigo misma, una zona de confort donde crecer y evolucionar tanto personal como profesionalmente. Me ha abierto muchas puertas a nivel laboral, pero sobre todo a escala humana.

¿Qué sientes cuando acompañas a niñas y jóvenes que quieren adentrarse en entornos tecnológicos?

Es muy enriquecedor ver crecer a jóvenes, que tienen las mismas inseguridades que tenías tú misma hace relativamente poco, y ayudarles y darles ese empuje, ese impulso y esta visibilidad.

Dentro del sector tecnológico, ¿qué hay que revisar para que sea más equitativo?

Yo creo que lo primero que deberíamos hacer es cambiar el mensaje. Voy a actos, a congresos ya eventos que intentan dar visibilidad femenina, pero pienso que la dan con un mensaje erróneo. Optan por hacer un panel exclusivamente de mujeres y creo que esto es una equivocación. La igualdad va ligada a la integración. Es necesario que en todas las mesas redondas y en todos los debates haya mujeres, que puedan tener esta visibilidad, que puedan compartir su experiencia y sus saberes. Es necesario que nos inviten por nuestra trayectoria y por nuestra proyección y no por el hecho de que somos mujeres.

La ingeniería permite cambiar el mundo y sobre todo permite construir un mundo mejor. Dejamos atrás la competitividad, la rivalidad, el egoísmo y el individualismo y humanizamos el sector tecnológico. Sólo humanizando el sector tecnológico, conseguiremos que las chicas y las mujeres se interesaran por él.



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