El estudio sobre los modelos de vivienda para la tercera edad muestra que se apuesta por continuar viviendo en su casa el mayor tiempo posible


Envejecer en casa, sin tener que mover del barrio ni del municipio, con un servicio de asistencia que apoye allí donde no llega, y encontrar nuevos modelos de vivienda intermedios que permitan no tener que hacer el salto sin rodeos de casa a una residencia. Esta es la premisa que se extrae del estudio sobre personas mayores y vivienda que ha elaborado el Ayuntamiento de Manresa, y que este martes se ha presentado en el Auditorio de la Plana del Olmo de Manresa, con la presencia de la concejala de Acción e Inclusión Social, Mariona Homs Alsina, del concejal de Vivienda, Jamaa Mbarki elbach, y de la concejala de Mayores, Rosa M. Ortega Juncosa.

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Para elaborar el estudio, se ha realizado un diagnóstico de la situación actual de la ciudad y de la comarca y se han hecho encuestas a un total de 390 manresanos y manresanas mayores de 60 años para conocer su opinión sobre cómo quieren vivir , sobre qué modelos de viviendas serían sus ideales y sobre qué necesidades específicas tiene el colectivo. También se han creado grupos de debate para profundizar en la temática y se han hecho entrevistas individualizadas.

El documento parte de los cambios que se están produciendo en el perfil de personas mayores. Como ha explicado la concejala de Acción y Inlcusió Social, Mariona Homs Alsina, «ahora las personas mayores de 60 años formulan más demandas en relación a su autonomía, imponen más capacidad para decidir de qué manera quieren vivir y reclaman mantener el espacio privado personal el máximo de tiempo posible «. Este hecho «hace que sea necesario buscar alternativas a la tipología de servicios clásica que había hasta ahora, sólo con la opción de atención a domicilio o bien de estancia en una residencia».

Hacen falta, ha añadido, «modelos que permitan elegir en cada etapa de la vida» y aquí, como se ha visto en la presentación, se abren un gran abanico de posibilidades, que se inician en el hogar donde se ha vivido siempre -que debe ser accesible y adaptada al 100% para poder estar el máximo de tiempo posible, tal como se desprende de la encuesta- y que continúan por cohabitatge, el cohabitatge adaptado, las viviendas con servicios, las viviendas tuteladas , las comunidades de personas mayores, los centros de día especializados y terapéuticos, las estancias temporales y, finalmente, la estancia permanente en una residencia.

Continuar en el entorno actual

El 88% de las personas encuestadas están satisfechas con el entorno donde viven y el 85% quieren seguir viviendo en su barrio a medida que vayan envejeciendo y hasta el máximo de tiempo que puedan. El 55% elige vivir en un piso o una casa, mientras que el 25% escoge una vivienda propia con servicios comunes y el 17% una vivienda tutelada con servicios. Del hogar actual, el 67% de las personas encuestadas afirman que no está adaptado, siendo el lavabo la reforma estrella que habría que hacer (57%), seguida del aislamiento térmico (35%) y de la movilidad interior (32% ).

A la pregunta sobre si en Manresa faltan viviendas específicas para personas mayores, el 77% responden afirmativamente. Por orden, consideran que faltan cohabitatges seniors (60%), viviendas tuteladas (58%) y residencias asistidas para personas dependientes (36%). En cuanto al 23% de personas que responden «no» a la pregunta sobre si falta vivienda para la tercera edad, la mayoría (79%) aseguran que lo que hay es ampliar el servicio de ayudas a domicilio para poder envejecer en casa .

El estudio también aporta datos por franjas de edad, para poder captar las necesidades específicas de cada etapa de la vida. Así, se observan diferencias por ejemplo cuando se ponen sobre la mesa los modelos que se escogerían cuando llegue el día de marchar de casa: las personas de entre 60 y 64 años apuestan por cohabitatge, para tener compañía y repartir gastos (44%); las personas de entre 65 y 74 años apuestan por pisos tutelados propios con servicios comunes, que ofrecen independencia y también compañía (27%); y las personas de 75 años y más apuestan por pisos tutelados con un mayor grado de asistencia (24%).

En la presentación se han mostrado algunos de estos nuevos modelos y experiencias de viviendas para la tercera edad que ya funcionan con éxito en todo el mundo. Algunos muy cerca, como los residenciales ViuB1 y ViuB2 de Igualada, con pisos de alquiler para mayores de 60 años que incorporan un continuum asistencial de servicios, como el de ayuda a domicilio o el hospital de día. O el proyecto de cohabitatge sénior Walden XXI de Sant Feliu de Guíxols, con apartamentos individuales, pero también con espacios comunes y comunitarios.

El estudio también toca temáticas como la feminización de la vejez (hay más mujeres que hombres) y su precarización, ya que al tener un nivel económico inferior sufren de manera más acusada las dificultades económicas y sociales características de la vejez, y este hecho se refleja en sus viviendas. También se han recogido respuestas de personas mayores migrantes, que muestran más preocupación por tener unas mínimas condiciones de habitabilidad a la hora de envejecer.

dibujar estrategias

El documento se enmarca en los compromisos del Plan Local de Vivienda 2017-2022 y da respuesta al acuerdo que el año pasado firmaron el Ayuntamiento de Manresa y la Plataforma en Defensa de las Pensiones Públicas y los Derechos de la Mayores para estudiar la posible promoción de nuevas viviendas o bien para mejorar los existentes. El estudio permite reflexionar sobre los modelos de vivienda que demanda la gente mayor y tiene el objetivo de ayudar a dibujar las estrategias que se necesitan en la ciudad en los próximos años en esta materia.

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