Educación admite que en la escuela se producen situaciones de violencia y presenta un plan para erradicarlas


«Debemos acabar con la invisibilidad, los silencios, la endogamia, el miedo de la víctima que no se siente acompañada y no denuncia, no podemos mirar hacia otro lado». Este es, en palabras del consejero de Educación, Josep Bargalló, el objetivo del Plan Las Escuelas Libres de Violencia (PLELV), que ha presentado esta mañana en rueda de prensa acompañado de la directora general de Currículum y Personalización, Maite Aymerich. Bargalló lo ha descrito como «uno de los hitos de la legislatura» después de haber trabajado durante prácticamente dos años y medio, y como «la herramienta más potente de la que nunca se ha dotado el Departamento de Educación para combatir esta lacra «.

Según ha admitido, para sacarlo adelante ha hecho falta «superar inercias, temores y reticencias internas y externas del sistema». Una de ellas: que se hable de violencia en vez de convivencia. Pero por el consejero no se puede amargar que hay casos de violencias particulares que no se han detectado y que incluso se pueden dar en centros donde la convivencia es modélica.

El punto central del plan -que cuenta con un presupuesto de 34,74 millones de euros hasta el 2026-, es la creación de una Unidad de Apoyo al Alumnado en situación de Violencia (usaba), la que operará desde los servicios centrales y se coordinará con una red que lo hará desde los servicios territoriales. La usaban estará formada por ocho profesionales de diversos ámbitos (psicología, derecho, especialistas en igualdad y género …), de los cuales las primeras dos ya se han incorporado, ya que se trata de dos técnicas de la casa que estaban adscritas a la subdirección de educación inclusiva. Para el resto se abrirá un periodo de contratación.

Según lo ha descrito Bargalló, «esta unidad, que tendrá una actuación proactiva desde el primer momento, escuchará a las víctimas, acompañará las direcciones de los centros educativos en la gestión de los casos y será la responsable de que las actuaciones sean coordinadas, que se hagan con asesoramiento y que lleguen hasta el final «.

Bargalló y Aymerich, durante la presentación del plan

En cuanto a la red territorial, se prevé contratar a 120 educadores sociales que ejercerán de referentes de la usaba en el marco de los planes educativo de entorno, pero también habrá involucrados personal de los EAP o de los propios centros educativos, y se trabajará en coordinación con la dirección general de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) y con el Instituto Catalán de las Mujeres. «Tenemos que poner todo el sistema educativo junto a la víctima», ha subrayado el consejero.

Confidencialidad, acción popular y formación

El plan contempla también la activación de una web / app, que está prácticamente terminada según el consejero, y que debe servir como canal de comunicación y denuncia directo y con todas las garantías de confidencialidad. Según Bargalló, la pretensión es poner fin a todo tipo de violencia, y aquí entra desde el acoso entre iguales (menores o mayores de edad, porque también se puede dar entre docentes) al desmán sexual infantil, el maltrato en el hogar, las conductas de odio y discriminación, la LGTBIfòbia, etc. «La usaba debe intervenir ante cualquier cuestión que el alumno interprete como violencia», explicó Bargalló. La web / app estará disponible todos los días de la semana y será el equipo de profesionales de la usaba quien dará respuesta a las demandas recibidas.

Hasta ahora, estos casos mayoritariamente pasan por la inspección. En concreto, según los datos facilitados por el Departamento, a lo largo de este curso la inspección ha estudiado 95 casos relacionadas con denuncias por algún tipo de violencia, de las que no todas se han considerado reales y 30 han llegado a la sede central del Departamento porque tenían una relevancia especial. En caso de que llegan a la fiscalía de menores es ésta la que toma las riendas del procedimiento. En este punto, el plan contempla también que el Departamento «ejerza la acción popular en los procedimientos penales por malos tratos físicos o sexuales graves a niños o adolescentes y personarse en cualquier denuncia por violencias sexuales en el ámbito educativo».

La tercera pata del plan es la formación. Cada centro educativo tendrá uno o dos referentes en prevención e intervención ante cualquier violencia, y por lo tanto una parte del presupuesto se destinará a la formación en violencias sexuales e igualdad de género de estas 10.000 personas, además de los profesionales de EAP, profesorado y equipos directivos de los 5.455 centros educativos que hay en Cataluña (públicos y privados), además de los 120 referentes de los Planes educativos de Entorno.



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