Los Huertos Ecológicos y Comunitarios de la Culla cumplen dos años en el barrio de El Balcón con todas las parcelas ocupadas


Hace dos años nació el proyecto de los Huertos Ecológicos y Comunitarios de La Culla en el barrio de El Balcón, impulsado y coordinado desde el trabajo en red entre el Plan de Desarrollo Comunitario del Balcón (servicio de Barrios y Acción Comunitaria y Servicio de Territorio – Anillo Verde del Ayuntamiento de Manresa), la Casa de la Culla (la Fundación Aguas de Manresa – Junta de la Acequia), y el Punto Omnia del Balcón (FAVIBC), con el apoyo de la Asociación de Vecinos y Vecinas del Balcón.

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Los huertos de la Culla están divididos en 16 parcelas de 80 o 150 metros cuadrados. Es un espacio multifuncional, que proporciona un suministro sostenible, y que genera vínculos con el medio ambiente, la comunidad y el aprendizaje. La iniciativa ofrece parcelas para cada unidad hortícola, compuesta por varias personas, que trabajan su huerto y recogen sus frutos para el autoconsumo. Actualmente, acogen la participación activa de unas 35 personas, que cooperan y trabajan en grupo poniendo en valor la solidaridad, la responsabilidad compartida y el respeto a la diversidad. El proyecto se coordina con asambleas para la organización colectiva y la resolución de problemas y retos compartidos.

Este jueves se ha realizado un balance de los dos primeros años de funcionamiento, en un acto que ha contado con la concejala de Barrios, Acción Comunitaria y Civismo, Núria Masgrau Fontanet, con el concejal de Ciudad Verde, Pol Huguet Estrada, y con el equipo que coordina el proyecto: Clara Aguilera Ribera (Fundación Aguas de Manresa), Bernat Marquilles Holgado, (Plan de Desarrollo Comunitario del Balcón) e Irene Herbera Ballús (Punto Omnia del Balcón). Todos ellos han destacado que los huertos han generado durante estos dos años un espacio comunitario y de fomento de prácticas vinculadas a la agroecología, la sostenibilidad y el cuidado del agua, convirtiéndose en un lugar donde se ha logrado cultivar el apoyo mutuo entre los y las participantes.

La concejala Masgrau ha destacado la «cohesión social» que generan este tipo «de iniciativas colectivas», mientras que el concejal Huguet ha explicado que la gente que cuida de un huerto comunitario acaba adquiriendo más conciencia sobre la importancia de comprar producto local y de proximidad. A su vez, el equipo coordinador del proyecto ha subrayado el hecho de que en estos momentos todas las parcelas están ocupadas, animando igualmente la gente a apuntarse, ya que siempre van habiendo altas y bajas, y han valorado muy positivamente la diversidad de participantes que hay, con «personas jubiladas, jóvenes y personas de mediana edad».

También relataron que, paralelamente, el proyecto genera y acoge actividades vinculadas con la agroecología abiertas a toda la ciudad (formaciones y actividades divulgativas, talleres de conservas, recolección y conserva de aceitunas, memoria popular y gastronómica, entre otros) y que también se ha abierto a la participación de entidades.

Finalmente, destacaron el importante papel que los huertos jugaron durante el confinamiento. Desde principios de abril de 2020 se permitió el entrada a los huertos particulares, y este hecho permitió que el proyecto, sus valores y su modelo de gestión desde la acción comunitaria siguieran vivos.

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