El ministerio de Educación atribuye el elevado número de alumnos no aptos de las pruebas POBpro a que muchos de ellos no han podido hacer la misma formación práctica ni estancias en empresas que estudiantes de cursos anteriores. Esto habría hecho que llegaran menos preparados los exámenes, sobre todo en las competencias más profesionales, que requieren un cinco por ser aprobadas. Sobre el hecho de que las pruebas de recuperación no se haga hasta el otoño, el Gobierno apunta que hay tiempo para preparar el decreto, ya que se trata de una situación excepcional.
Así lo ha explicado a Altavoz Xavier Campuzano, director del departamento de Formación Profesional, Formación a lo largo de la vida e Innovación tecnológica, que ha querido remarcar que «en FP tenemos legalmente muy definidos los requisitos para ser alumno apto». Admite, sin embargo, que el número de estudiantes que no han superado las pruebas «es más elevado» que cursos anteriores. Como ejemplo pone la rama socioeducativa, donde se ha pasado de 18 aptos y 7 no el curso 2018-19 a 4 y 11 este año.
En este sentido, Campuzano recuerda que las POBpro tienen, por un lado, pruebas de asignaturas más troncales, como matemáticas, y, para la otra, exámenes de competencias que se consideran claves para la profesión que se quiere ejercer. En estos últimos casos, para obtener el título se exige que al menos se saque un 5. Y, en muchos de los casos, los alumnos no aptos han caído, justamente, por no llegar a esta nota en sólo una de las pruebas. «Estamos formando profesionales y hay que tener superadas todas las competencias», ha indicado.
A la hora de explicar los resultados negativos, desde Educación se apunta que «Son una promoción que se han visto afectados durante dos cursos por el efecto Covidien, el segundo del DEP y el de bachillerato». Y esto se ha traducido, explica Campuzano, en «La posibilidad de que han tenido que poner en práctica sus competencias profesionales, ya que no han tenido las mismas horas de prácticas y formativas a empresas que alumnos de cursos anteriores». En este sentido, recuerda que se aprobó un decreto provisional donde se reducía el número mínimo de estancias en negocios para adaptarse a la situación provocada por la pandemia.
A pesar de ello, Educación también ha iniciado «un análisis más profundo». Se quiere llegar «técnicamente a ver qué ha pasado». Y, sobre todo, decidir si «tenemos que tomar alguna medida, especialmente pensando en la promoción del año próximo».
Las pruebas de repesca se hacen pensando en alumnos que han quedado cerca del aprobado y se entiende que «con un poco de esfuerzo, se lo pueden quitar»
Y, al mismo tiempo, se entiende que hay que adoptar una medida «excepcional» para aquellos alumnos que han sido declarados no apto. Durante el otoño, se prevé celebrar una segunda convocatoria que «les permitirá demostrar que tienen las competencias alcanzadas». Se trata de unas pruebas que «Hacemos pensando en aquellos estudiantes que han quedado más cerca de aprobar y que, entendemos, con un poco de esfuerzo se lo pueden quitar». De hecho, se prevé que, quien quiera, sólo tenga que hacer el examen de la asignatura suspendida, aunque también se dará la posibilidad de presentarse para subir nota.
«Queremos que sea durante el primer trimestre. Ahora estamos desarrollando el decreto para que no tenga ningún resquicio «, Comentó Campuzano. Sobre el hecho de que no se haga a tiempo para aquellos alumnos que tuvieran el objetivo de aceptar a estudios superiores ya el próximo curso, lo ha justificado argumentando que «Técnicamente, para poder hacer el decreto y organizarlo con todos los estudiantes, unos ochenta larga, no se puede hacer en verano». De hecho, apunta que «aunque fuera a mediados de septiembre ya habrían perdido la opción de entrar el próximo curso en la universidad».
Desde el ministerio se defiende la labor realizada con la preparación de las POBpro. «No vemos errores del sistema», asegura el director del departamento. Campuzano defiende que «el trabajo técnico de los profesores ha sido excelente», al tiempo que remarca que las pruebas «tienen mecanismos muy garantistas» así como «un control de calidad exhaustivo».