Algunos trucos para empezar el año cuidando del planeta desde nuestros ordenadores.


Año nuevo, vida nueva. Ahora que volvemos al trabajo y nos volvemos a encontrar con los correos electrónicos saturados, es el momento de recordar lo que podemos hacer para reducir la huella ecológica que dejamos también con la tecnología. El envío y el recibimiento, el filtrado, la visualización y, sobre todo, el almacenamiento, tienen un impacto en el medio ambiente.

Según un artículo de El guardián, un correo spam es equivalente a la emisión de 0,3 gramos de CO2 y uno con archivos adjuntos, a 50 gramos. Así, un año de gestión de correo de una cuenta de trabajo equivale a 135 kg, lo que emite un coche común conducido durante 322 km. Cada año se envían cerca de 62 billones de mensajes de spam, que requieren el uso de 33.000 millones de kilovatios hora y generan el equivalente a 20 millones de toneladas de CO2.

Hagamos un repaso de algunos trucos para ser más sostenibles con la gestión del correo:

1. Filtrado

La guía para una internet eco-amigable de Pangea, que trabaja para que las entidades puedan disponer de un internet ético y solidario, nos propone contar con un buen filtrado de spam para mantener limpia la bandeja de entrada. Se puede configurar desde los parámetros del correo electrónico añadiendo el asunto y el remitente que desea filtrar, y/o marcando los correos no deseados como spam para que el gestor los identifique.

2. Texto pla

Podemos configurar el correo para recibir y enviar los mensajes en formato texto plano y no html.

3. Minimizar imágenes

Las imágenes pesan y requieren más energía para enviarse y almacenarse. Por tanto, mejor si las evitamos y minimizamos las firmas y los logotipos, o las utilizamos sólo para mensajes externos.

4. Añadir sólo imágenes al estilo del arte ASCII

Sostenibilidad no significa insipidez. Se puede aplicar la creatividad con estas imágenes hechas con caracteres que no ocupan tanto espacio. Puede utilizar este recurso para transformar las imágenes convencionales en ASCII.

5. Evitar archivos adjuntos

Evitar los archivos adjuntos pesados ​​puede reducir mucho la huella de carbono. Siempre es mejor colgar el archivo en la nube y enviar el enlace para que todo el mundo pueda consultarlo.

6. Desactivar notificaciones automatizadas

Desactivar las notificaciones automatizadas como las de las redes sociales y darnos de baja de boletines y otras promociones que no consultemos puede ahorrarnos una gran cantidad de spam.

7. Evitar correos para hacer comentarios irrelevantes

A menudo contestamos correos con un «Ok» o un «Gracias» que posiblemente sea innecesario o que, incluso, podríamos verbalizar de forma presencial. Si todas hacemos esto, la cantidad de energía invertida en enviar, recibir y acumular mensajes con poca información y poco relevante crece exponencialmente, así como la energía consumida.

8. El hábito de limpiar

El mantenimiento del correo, como el de casa, debería ser un hábito para evitar la dejadez y el despiste. Cada semana deberíamos borrar los correos electrónicos que no necesitamos conservar para reducir la energía que derrochamos.



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